Opcional: precalienta el horno a 350 °F (180 °C). Consulta el paso 7 para más información.

Calienta una sartén grande a fuego medio.

Añade la carne y cocina hasta que esté dorada.

Agrega el sazonador para tacos y un chorrito de agua.

Cuando esté lista, tapa y mueve a la parte trasera del fogón para mantenerla caliente.

Para cada concha de taco que vayas a hacer, toma 2 cucharas grandes y colócalas boca abajo a unos 10–12 cm de distancia la una de la otra y equilibra una cuchara grande entre ellas. El queso quedará apoyado sobre la cuchara y colgará para que se endurezca en esa forma.

Hay dos métodos para hacer las conchas (horno o sartén). Elige el que prefieras.

HORNO: En una bandeja forrada con papel vegetal o una estera de silicona, añade el queso en pequeños círculos del tamaño de una tortilla (aprox. 1/4 taza de queso por taco). Deja un par de centímetros entre cada taco. Cocina en el horno unos 5–7 minutos hasta que los bordes se doren.

SARTÉN: Calienta una sartén pequeña antiadherente a fuego medio. Haz cada taco por separado espolvoreando el queso (aprox. 1/4 taza de queso por taco) en un pequeño círculo del tamaño de una tortilla. Cocina un par de minutos hasta que los bordes se doren pero el queso aún burbujee. Continúa con el siguiente paso antes de hacer más conchas.

Sea cual sea el método, deja que la(s) concha(s) se enfríe(n) aproximadamente un minuto.

Trabajando rápido, retira un círculo de queso con una espátula y colócalo sobre la cuchara que habías dispuesto. Repite con cada concha. Ten cuidado, el queso estará muy caliente.

Deja que cada concha de taco se endurezca y enfríe por completo.

Rellena las conchas con la carne y cubre con salsa, crema agria y lechuga.

Nota sobre sobras: aunque no quedarán tan crujientes, puedes guardar las conchas sobrantes en el frigorífico apilándolas con papel absorbente entre cada una y almacenándolas en un recipiente hermético. No las recalgientes porque se derretirán.